-Antoni Bassas: Suso, en aquest article vas fer un retrat dels catalans. Vas dir que som gent que sentim que pertanyem a un país culte i capaç de donar feina i casa als seus habitants, però que quan va a Madrid s'ha de posar de perfil per no fer-se notar. Què és el que més t'ha cridat l'atenció de nosaltres?
-Suso de Toro: He visto ciertos rasgos específicos que me han llamado la atención. Rasgos de personas que se saben capaces de muchas cosas pero que no pueden mostrarlo, o que tienen que contenerlo. Eso se manifiesta en muchos rasgos, no siempre necesariamente positivos. Siempre he notado una cierta disciplencia; en mi caso siempre he notado la recepción de «ah, el galleguiño, qué cosas escribe, qué cosas dice», de algún modo lo he notado, pero lo entiendo comprensible, perfectamente. Los catalanes en general se saben una sociedad más culta, más cívica, más capaz que la media española. Y al mismo tiempo saben que no lo pueden mostrar porque genera rechazo, mostrar su identidad, mostrarse simplemente cómo son porque genera rechazo en España, y muy particularmente en Madrid, en el poder. Y eso crea una serie de situaciones que lleva a vivir disimulando, de algún modo. Los gallegos disimulamos, pero con un complejo de inferioridad, en general, la gente siente su identidad como un estigma, como algo que le resta categoría. En vuestro caso tenéis que disimular una ambivalencia, saberse, entre comillas, superior y no poderse mostrar, de algún modo, y creo que es una situación incómoda de la que habéis salido.
Suso de Toro, entrevista al Diari Ara.