divendres, 6 de novembre del 2020

Una fuerza escéptica

 

La figura de Mefistófeles (como en muchas otras escenas de Fausto), adquiere carácter simbólico. Detrás de Mefistófeles, es decir del mal en general, se halla la categoría del escepticismo. De hecho, Goethe señala la cercanía semántica entre "Zweifler" (escéptico) y Teufel (diablo): el diablo es aquel que todo "lo niega", es la "negación constante", la negación y la crítica a toda posición de valores o de conocimiento. El hecho que Fausto establezca un pacto con el escéptico que siempre niega es indicación clara, no tanto de la condena de su alma, sino de que va a explorar asimismo el lado luciferino del hombre, que va a aceptar algunas de las premisas del escepticismo y del nihilismo para vivir no solo con lo correcto y las reglas éticas convencionales, sino con sus alternativas. Recordemos que Mefistófeles no es el mal absoluto, sino aquel que, a través del mal, a menudo consigue el bien. O dicho de otra forma, Goethe despoja al diablo de su carácter gnóstico, satánico, para transformarlo en una fuerza escéptica, que muestra, más allá de su negación, un carácter constitutivo de la vida y del mismo bien.



Octavi Piulats, Goethe y Montserrat.