dilluns, 19 de gener del 2009

No lo soltó hasta el alba

"El segundo invierno de poesía fue de una blancura resplandeciente. Nevó más de lo habitual.

Una noche de diciembre, la joven de la fuente lo inició en el amor. Su piel tenía el sabor del melocotón. Yuko besó su seno blanco, tomó en su boca un pezón y lo chupó como si fuese un limón de luna. No lo soltó hasta el alba.

Durante el invierno, Yuko escribió setenta y siete haikus, a cual más blanco y más hermoso.

Los tres últimos fueron:

Nieve límpida
pasarela de silencio
y de belleza

Música de nieve
grillo de invierno
bajo mis pasos

Mujer agachada
que orina y hace fundir
la nieve"


Maxence Fermine, Nieve.